martes, 23 de junio de 2009

Los ¿mitos? de Coca-Cola

  • En Australia obligan a la compañía a rectificar sus mensajes relativos a la salud
  • La revista médica 'The Lancet' analiza la publicidad de los productos alimentarias
La campaña de la polémica. (Foto: AP)

La campaña de la polémica. (Foto: AP)


MADRID.- A toda página, en una de las revistas más célebres del país y con la actriz australiana Kerry Armstrong como protagonista. Ésta ha sido la última apuesta publicitaria de Coca-Cola al otro lado del Océano. El objetivo de la campaña: desmentir algunos de los muchos 'mitos' que siembre circulan en torno a esta bebida. Sin embargo, en este afán la empresa ha incluido afirmaciones como que el producto 'no engorda', 'no daña los dientes' y 'no contiene mucha cafeína'. Tres mensajes que las autoridades han obligado a rectificar.

El organismo que vela por los consumidores y por las leyes de la competencia, el Australian Competition Consumer Commission, ha obligado a la compañía -Coca-cola South Pacific Pty Ltd.-, a poner en diarios de tirada nacional anuncios corregidos. "Los mensajes lanzados en la campaña eran inaceptables y daban la impresión de que la bebida no podía contribuir de ninguna manera a ganar peso, a la obesidad o al deterioro de las piezas dentales. Esto podía confundir a los padres sobre las consecuencias de tomar Coca-Cola", señalan en un comunicado las autoridades, explicando los motivos que les han llevado a actuar así.

En concreto, los mitos que recogía y desmentía con una breve explicación la campaña eran seis: 'Coca-Cola está llena de aditivos y sabores artificiales'; 'te hace engordar'; 'era originariamente de color verde'; 'algunas veces contiene cocaína'; 'tiene mucha cafeína' y 'daña los dientes'. Aunque algunos de ellos son mitos infundados que no tienen ninguna base, los responsables australianos consideran que otros no son falsos o, al menos, no del todo.

El último número de la revista médica 'The Lancet' se hace eco de esta polémica para analizar las difíciles relaciones que existen entre los agentes de salud pública y las industrias de alimentación y bebidas. "Las medias verdades, la utilización de famosos para protagonizar las campañas y la relación de un producto con propiedades saludables son algunas de las técnicas más empleadas por las empresas de alimentación para promocionarse. Unas estrategias muy similares a las que empleaba la industria del tabaco", señala en un editorial.

La utilización de soportes destinados a los jóvenes y la promoción de las versiones 'saludables' de los productos estrella de las marcas son otras de las tácticas de marketing.

No obstante, la publicación aprecia una nota común entre los anuncios de las empresas alimentarias y los profesionales de la salud. "Tanto unas como otras están desviando la responsablididad de las corporaciones a los individuos". El lema, apoyado por todos los agentes implicados en cuestiones de salud, es el siguiente: "Sí, Coca-Cola contiene calorías y sí, tiene ácidos, pero es responsabilidad de cada individuo regular su consumo".

Cuestión de confianza

La campaña de los mitos de Coca-Cola es sólo el último ejemplo de una práctica que viene siendo habitual en los últimos años y que las autoridades sanitarias de los países están empezando a regular. En España, el Código de Autorregulación en Publicidad y Marketing, vela por la publicidad de alimentos y bebidas destinados a niños menores de 12 años.

"Si la industria alimentaria quiere mantener la confianza de las personas que compran sus productos debe mostrar más respeto por ellas. Y este respeto sólo puede lograrlo a través de acciones positivas que beneficien las salud de los consumidores y que no queden dañadas por pulicidades engañosas", escribe el equipo de 'The Lancet'.

Entre las medidas que propone la revista se encuentra la de no publicitar este tipo de productos para los niños, no utilizar a celebridades en los anuncios, no hacer marketing silencioso y apoyar con fondos a los investigador. "Si la industria continúa con la tendencia actual, puede caer en desgracia muy pronto y seguir los pasos de la Industria Tabaquera", concluye el editorial.

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