jueves, 13 de septiembre de 2012

Cómo hacer la transición del pecho!!!!!!


Por lo general, cuando los bebés están listos para tomar del vaso hay muchas cosas pasando en su desarrollo: coordinación del ojo con la mano, aprender a gatear y los nuevos dientes, que son molestos. Con todo eso sucediendo casi al mismo tiempo, aquí te doy algunos consejos para que el paso del pecho o el biberón al vaso sea un éxito.
Es cierto aquello que siempre te dicen cuando tienes un bebé pequeñito: Cuando menos te des cuenta estará dejando el pecho o el biberón para estar a la mesa, comer con cubiertos y tomar del vaso.
Aunque parezca un proceso fácil, muchas mamás y papás se preguntan cuándo es el mejor momento para comenzar!!! (que comúnmente tiene una abertura o boquilla para evitar que se riegue el líquido). Primero, se recomienda que lo hagas cuando tu bebé empieza a comer sólidos, que por lo general es a partir de los 6 meses. De esa manera, comienza a asociar el vaso con la comida.
Es importante aclarar que el hecho de que tu bebé empiece a mostrar interés en tomar de un vaso para bebé no significa que deje el pecho o el biberón del todo. En el caso de la lactancia, el bebé te dará ciertas claves para indicarte que está listo para dejarlo, o puede que definitivamente no lo deje a pesar de que esté comiendo sólidos y tome pecho de vez en cuando durante el día. Como dicen muchos pediatras, lo mejor es dejar que tu bebé marque la pauta y tú puedes seguir sus señales.

En el caso del bebé que toma biberón, es importante que le empieces a enseñar a tomar del vasito para bebé para que coma bien. Muchos bebés que ven el biberón o saben que está disponible, tienden a no comer o saltarse comidas y sólo toman su leche. Si bien ésta los nutre, ya a partir de los 6 meses los bebés empiezan a necesitar los nutrientes de las verduras, las frutas, y las proteínas. Por eso, te aconsejo que en cualquier caso, empieces a hacer del vasito parte de su rutina y que siempre sirvas el agua en él para que lo empiece a asociar que es de donde bebe cuando tiene sed. Gradualmente puedes también hacerle jugos de fruta y dárselos en el vaso.  Y para hacer la transición más fácil -de ser necesario- puedes ponerle en el vaso su leche de fórmula o su leche materna.
Entre los 12 y los 24 meses, es cuando tu bebé ya desarrolla completamente la coordinación de la mano-ojo y domina el arte de tomar del vaso (aunque haya empezado antes y lo haya hecho bien). Es durante esos meses que también debes empezar a quitarle el vaso con boquilla para dejarle el vaso o taza sin tapa.  Eso sí, vas a tener que limpiar uno que otro reguero de líquido mientras aprende.
Si tu bebé tiene problemas para hacer la transición del biberón o el pecho al vasito, toma nota de estos consejos:
  •  (si rechaza el vasito) Ofrécele el vaso antes de ofrecerle el biberón o el pecho 
  • No elimines el biberón,  disminuye la frecuencia de su uso
  • Evita que tu bebé se apegue demasiado al biberón: no lo dejes que camine con él, que gatee y que se quede dormido con él. Esto además puede creearle  caries.
  • Elige un vasito que le guste a tu bebé. Hay miles de modelos: con agarraderas, con pitillo o popote, con dibujos, transparentes, etc. Puede que pruebes con muchos antes de encontrar el vasito ideal.
  • Si tu bebé sigue poniendo resistencia, no le insistas. Vas a ver que por sí solo va a descubrir que el vaso es divertido y que va mucho mejor para acompañar a los sólidos. Todo es cuestión de ensayo y error… y de mucha paciencia.
Si tienes dudas acerca de este tema y otros relacionados con el desarrollo de tu bebé, consulta a tu médico o a quienes saben mucho del tema: ¡otras mamás!
Disfruta cada etapa de tu bebé, porque como dije al principio, es cierto aquello de que crecen muy rápido.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Demasiado delgada para tener un embarazo tranquilo

Altura: 1,68 cm. Peso: 52 kilos. Parecen unas medidas ideales, por las que cualquier mujer firmaría. Pero tan bonita figura puede suponer tener un embarazo de riesgo, con la necesidad de más control ginecológico y tomar precauciones en el parto, como ha señalado recientemente un estudio del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada difundido por la agencia SINC.
El trabajo pone el foco de atención en la parte menos conocida de la influencia del peso en la fertilidad. Mientras que son muchos los estudios epidemiológicos que a lo largo de los años han demostrado que las mujeres con sobrepeso y obesidad tienen peores embarazos y dan a luz a niños con un mayor riesgo de mortalidad perinatal, acidosis o macrosomía fetal, es realmente desconocido el efecto de un IMC por debajo de 18,5 en mujeres gestantes.
Para estudiar sus efectos, el equipo dirigido por Sebastián Manzanares analizó el embarazo de 3.016 mujeres, analizando su peso en la primera visita al ginecólogo tras el embarazo: el 86,1% tenía un peso normal, el 8,3% obesidad y el 5,5% delgadez extrema. Curiosamente, como describen en su artículo en 'The Journal of Maternal-Fetal and Neonatal Medicine', las mujeres más delgadas eran de media significativamente más jóvenes que las que presentaban un peso normal u obesidad, entre cuyas edades no había diferencia.
La mayor sorpresa en las más delgadas viene dada por una complicación de nombre imposible, los oligohidramnios, que indica una reducción del líquido amniótico en la recta final del embarazo. "Cuando la mujer está muy delgada suele ser porque come poco, por lo que el feto se alimenta poco dentro de útero y orina menos. Puesto que el líquido amniótico está constituido esencialmente por la orina del feto, es lógico que éste vaya disminuyendo", explica Manzanares a ELMUNDO.es.
Los oligohidramnios son un factor de riesgo en el embarazo y tienen una prevalencia en la población normal de alrededor del 3%. En la población analizada por el equipo de Manzanares, se observaron en el 3,6% de las mujeres con peso normal, el 4,4% de las obesas y el 8,3% de las excesivamente delgadas. Según la literatura médica, las mujeres con embarazos con oligohidramnios tienen más riesgo de dar a luz fetos muertos, más riesgo de que el bebé tenga que ser ingresado en la UCI y otras complicaciones.
Para Manzanares, lo que esto significa se resumen en una frase: "Lo que hay que saber es que con una mujer extremadamente delgada nos movemos con factores de riesgo". Por lo tanto, señala el ginecólogo, es fundamental establecer un "protocolo de control y vigilancia".
Esto se traduce, en primer lugar, en que hay que cambiar el régimen de vigilancia. Mientras que lo habitual en la sanidad pública, explica este especialista, es prácticamente una visita por trimestre y una última cuando se cumple la fecha prevista de parto, en el caso de las mujeres muy delgadas "habría que intercalar un par de visitas más, sobre todo en la recta final del embarazo, para vigilar el crecimiento del feto".
En segundo lugar, hay que hacer mucho hincapié en que estas mujeres sigan una dieta adecuada, que implica no bajar nunca de las 1.500 calorías, algo que puede no ser fácil para una persona con un IMC menor de 18,5. "Hemos de insistir, sobre todo, en que la alimentación sea variada y recomendar también suplementos vitamínicos y hierro", especifica el ginecólogo del Virgen de las Nieves.
Por último, los autores insisten en su estudio en que los ginecólogos han de concienciarse de la importancia de calcular el IMC de toda mujer embarazada o, lo que es lo mismo, no dejar que una bonita figura haga pasar por alto un factor de riesgo.
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Alimentación infantil Una buena alimentación es fundamental para el crecimiento sano del bebé

Una buena alimentación es vital para que el niño crezca sano y fuerte. Comer bien afecta no sólo a su crecimiento físico, sino también a su desarrollo intelectual.
Una correcta alimentación del niño durante los primeros años de vida puede repercutir positivamente en su estado de salud, así como en su habilidad para aprender, comunicarse con los demás, pensar y racionalizar, socializarse, adaptarse a nuevos ambientes y personas y, sobre todo, en su rendimiento escolar. Una buena alimentación puede influir notablemente en su futuro.

Consejos para una nutritiva alimentación infantil

Alimentación infantil
La alimentación es la base necesaria para un buen desarrollo físico, psíquico y social de los niños. Por ello, una dieta saludable es vital para que su crecimiento sea óptimo. Es recomendable no abusar de las grasas vegetales y comer al menos, cinco veces al día frutas y verduras. Una buena nutrición y la práctica de ejercicio es la primera línea de defensa contra numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas en los niños de por vida. La ingesta de nutrientes es distinta en función de las distintas etapas de su evolución.
Una buena nutrición y una buena salud están directamente conectadas a través del tiempo de vida, pero la conexión es aún más vital durante la infancia. Durante este período, los niños pueden adquirir buenos hábitos alimenticios en lo que se refiere a la variedad de los alimentos y al sabor de las comidas.
Los efectos de la desnutrición en la primera infancia (0 a 8 años) pueden ser devastadores y duraderos. Pueden impedir el desarrollo intelectual, el rendimiento escolar y debilitar la salud de los niños.

Edad de introducción de los distintos alimentos en la dieta del lactante