Trastorno de ansiedad por separación
El miedo a la separación es el primero y más básico de los temores. Los niños que pasan por este duro trance temen perderse de su familia o que algo malo le ocurra a su padre o a su madre cuando se distancian de ellos.
Experimentar miedo forma parte del desarrollo evolutivo de las personas. A los pequeños les sirve para aprender a dominar el ambiente, además de que es útil para prevenir ciertos peligros. Pero este miedo se convierte en, aproximadamente, uno de cada 25 niños, en un terror que desencadena en trastorno de ansiedad por separación. El número de afectados desciende conforme los menores van haciéndose mayores.
Este trastorno suele tener sus primeras manifestaciones entre los ocho y los 14 meses. En esta época, los bebés sienten miedo a menudo, con la gente y los sitios nuevos. Y, también, cuando se alejan de sus padres. Un momento crítico es cuando acuden a la guardería o al colegio por primera vez. Más adelante, si el trastorno reaparece cumplidos los dos años y la sintomatología perdura a lo largo de cuatro meses se debe consultar con el médico.
Las 'señales' de la ansiedad por separación
- Preocupación injustificada por posibles daños que puedan ocurrir a personas cercanas.
- Miedo irracional a perderse, ser secuestrado y que estos acontecimientos les separen de los seres queridos.
- Rechazo repetido a ir al colegio, sobre todo por miedo a la separación.
- Problemas para dormir solo.
- Despertares frecuentes durante la noche para comprobar que familiar está cerca.
- Desagrado o rechazo repetido a dormir fuera del hogar.
- Temor persistente a estar sin personas significativas en casa durante el día.
- Pesadillas que abordan el tema de la separación.
- Síntomas reiterados, como náuseas, dolores gástricos, cefaleas o vómitos en situaciones que implican la separación de personas que les importan.
- Apego excesivo en el hogar.
- Rabietas, llanto, tristeza, apatía o retraimiento social cuando perciben que el padre o la madre se va alejar o durante y después del alejamiento.
Qué lo causa
Se sospecha que el conjunto de factores biológicos, familiares y ambientales está detrás de los trastornos de la ansiedad y, por tanto, del de separación. Asimismo, se cree que un desequilibro entre los neurotransmisores cerebrales (serotonina y norepinefrina) también contribuye a su desarrollo.
A quién afecta
Cualquier niño o adolescente experimenta en algún momento de su vida, en menor o mayor grado, ansiedad por separación. Los estudios indican que este trastorno afecta por igual al sexo femenino y al masculino. También se sabe que los hijos de padres con trastornos de ansiedad tienen más riesgo de desarrollar el problema. En muchas ocasiones, el trastorno aparece tras unas vacaciones escolares. Otros factores que favorecen la vulnerabilidad a desarrollarlo son:
- Ser hijo de padres separados o divorciados.
- El papel excesivamente sobreprotector de los padres.
- Vivir en una familia muy aislada socialmente. Los niños se separan en pocas ocasiones de sus progenitores y no desarrollan su autonomía.
- Existencia de problemas psicológicos en los padres.
Tratamiento
Un psiquiatra infantil o un psicólogo pueden detectar el trastorno de ansiedad por separación tras la evaluación del menor. Si los padres observan en su hijo algún signo del problema deben realizar la consulta cuanto antes para favorecer su diagnóstico precoz, lo que ayuda a una pronta recuperación y a la prevención de problemas en el futuro.
La terapia cognitiva conductual suele ser efectiva en la mayoría de los casos. En ocasiones, y dependiendo de la gravedad del trastorno y de la edad del menor se usan antidepresivos siempre que el niño sea mayor de seis años. En las situaciones más graves también se suele recomendar terapia familiar.
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