El objetivo de reducir la mortalidad infantil puede fracasar
- Los científicos creen que aunque ciertos países lo logren, otros muchos no pueden
- Este hecho vulnera el espíritu de los principios del Milenio
MADRID.- Con la intención y el esfuerzo de unos pocos no basta. El cuarto Objetivo de Desarrollo del Milenio (MDG4, de sus siglas en inglés), acordado el 8 de septiembre del año 2000 por 189 jefes de estado y de gobierno en la sede de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York (EEUU) podría fracasar.
Ésta es, al menos, la opinión de un grupo de expertos liderados por Daniel Redipath, del Centro de Investigación de Salud Pública de la Universidad Brunel, en Uxbridge (Reino Unido), plasmada en un artículo publicado en el último número de la revista 'PLos Medicine'.
Todos los años mueren casi 11 millones de niños (es decir, 30.000 niños al día) antes de cumplir los cinco años de edad. La mayoría de ellos vive en países en desarrollo y mueren por culpa de enfermedades que pueden prevenirse o tratarse. La malnutrición contribuye a más de la mitad de estos fallecimientos. El MDG4 propone reducir para 2015 dos tercios la tasa de mortalidad de los niños menores de cinco años.
Para defender sus argumentos, los investigadores se hacen valer de un ejemplo en su trabajo. "Pensemos en un país hipotético en que la mortalidad infantil en menores se sitúa en alrededor de 200 casos por cada 1.000 niños nacidos vivos... Sin embargo, aunque el porcentaje es elevado, se trata de una cifra insólita para países como Chad, Malawi o Burkina Faso (todos en África)", defienden los investigadores que insisten en que la mortalidad de los más pequeños no se distribuye igual en todo el planeta.
Aclaran además que "mientras algunos países están movilizando recursos y consideran la igualdad en la salud un derecho fundamental, en otros estados este objetivo es mucho más difícil de alcanzar... Y sus gobiernos reciben pocos incentivos para priorizar esta necesidad. Así aparentemente, un país puede tener 'éxito' a la hora de alcanzar el MDG4, pero fracasar en el logro de que los países más pobres alcancen el mismo objetivo. Este fallo vulnera el espíritu de los Objetivos del Desarrollo del Milenio,", reza el documento.
Por todo ello creen "necesario reorientar la agenda global de salud. Tenemos que reconocer que además de nuestras responsabilidades con nuestras sociedades, tenemos una responsabilidad colectiva para mantener los principios humanos de dignidad, igualdad y equidad a nivel global", defienden en su artículo.
Como "líderes tenemos este deber con toda la población mundial pero, sobre todo, con los más vulnerables y, en particular, con los niños a los que les pertenece el futuro", insisten.
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