Los abusos durante la infancia potencian la promiscuidad en la juventud
- Las agresiones conllevan en el futuro un mayor número de relaciones y enfermedades
Una pareja besándose. (Foto: Snowbound)
MADRID.- Detrás de muchas de las mujeres con múltiples parejas sexuales, varios embarazos no deseados o con enfermedades de transmisión sexual puede existir una niña 'escondida' de los abusos sexuales sufridos en la infancia. Detrás de buena parte de los hombres con comportamientos sexuales de riesgo puede existir también la misma historia traumática.
Thea van Rode, de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), ha llegado a esta conclusión tras hacer un seguimiento durante 32 años a ciudadanos nacidos en Dunedin. "Hemos podido comprobar que el impacto de los abusos sexuales en la infancia es mucho más elevado al principio en las chicas que en los chicos, pero con el paso de los años sucede lo contrario. Mientras ellas disminuyen el comportamiento sexual de riesgo asociado a la 'huella' de los abusos, ellos no sólo lo mantienen sino que, además, lo incrementan con la edad", afirma a elmundo.es.
Esta experta reconoce estar 'impactada' por la frecuencia con la que se producen este tipo de vejaciones, tal y como ha puesto de manifiesto nuestra investigación. "Los abusos sexuales son más frecuentes de lo que nos pensamos. En el trabajo hasta un 30% de las mujeres y un 9% de los varones tuvo un encuentro involuntario antes de los 16 años", insiste.
La salud sexual y su desarrollo "encierran aspectos como el funcionamiento sexual, la satisfacción, la reproducción y todos aquellos temas de salud que tienen un impacto directo en el comportamiento sexual. Existen evidencias empíricas de que los abusos infantiles están asociados a comportamientos sexuales de riesgo en la juventud, pero el tiempo que se prolongan estas actitudes y las razones últimas por las que se producen están sin aclarar, de ahí el interés por realizar este estudio", reza la investigación, publicada en el 'Child Abuse & Neglect'.
Para poder llevar a cabo la investigación, la doctora van Rode recopiló los datos de los nacidos entre abril de 1972 y marzo de 1973. Finalmente, participaron 465 mujeres y 471 varones que tuvieron un seguimiento cada dos años desde los dos hasta los 15 y, posteriormente, se les entrevistó a los 18, 21, 26 y 32 años.
Los autores constataron cuáles de todos los participantes habían padecido abusos sexuales, definidos como el sexo involuntario antes de los 16 años, mediante cuestionarios que reflejaban preguntas como: ¿Antes de los 16, sufriste tocamientos? o ¿a qué edad fue tu primer coito completo y cuántos años tenía tu pareja?, entre otras. Los autores indagaron asimismo sobre la salud sexual y reproductiva de los participantes, a través de varios tests validados que fueron respondidos a los 21, 26 y 32 años.
Más parejas sexuales
Tal y como ha destacado el autor principal del ensayo, un 30% de las mujeres del trabajo reconoció haber sufrido abusos en la infancia, de las cuales en un 21,5% de los casos fueron tocamientos y en un 11,2% relaciones sexuales completas. En el caso de los varones, un 9% padeció estas vejaciones que se dieron en forma de tocamientos en el 7% y de penetración completa en el 3%. "Ellas tienen tres veces más posibilidades que ellos de relatar la existencia de abusos, pero todos, en la misma medida, los sufrieron en múltiples ocasiones", comentan los autores en su trabajo.
Los datos revelan además que entre los 18 a los 21 años, las mujeres que han sufrido abusos en la infancia aumentan el número de parejas sexuales, padecen más embarazos no deseados y más enfermedades de transmisión sexual que las que no han pasado por este trauma. Sin embargo, en los varones, los comportamientos de riesgo asociados a los antecedentes de vejaciones no se producen hasta más tarde.
Mientras de los 21 a los 32 años, el riesgo de que contraigan el virus del herpes simple tipo 2 es mucho más elevado que entre los chicos que no han tenido antecedentes de abusos, debido al contacto con parejas de riesgo más que al hecho de mantener relaciones con varias mujeres; entre los 26 y los 32 años sí se eleva considerablemente el número de parejas sexuales.
"Los especialistas deberían saber que los abusos sexuales infantiles son algo común y estar sensibilizados con las necesidades que este hecho acarrea. Particularmente, si se presentan en sus consultas mujeres con varios embarazos no deseados. En el caso de que los abusos se hayan dado a conocer, deberían valorar el aumento de posibilidades de sufrir comportamientos sexuales de riesgo para actuar en consecuencia... Otras investigaciones deberían explorar también cómo es la función y la satisfacción sexuales de los afectados en diferentes momentos de sus vidas", concluyen los autores.
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